Amortiguamiento
y aisladores de vibración
En la
práctica, existen un gran número de situaciones en las que es posible reducir,
pero no eliminar las fuerzas de carácter dinámico (variables en el tiempo) que
excitan nuestro sistema mecánico dando lugar a la aparición de un problema de
vibraciones. En este sentido, existen diferentes métodos o formas de plantear
el control de las vibraciones; entre todos ellos cabe destacar:
·
El
conocimiento y control de las frecuencias naturales del sistema de cara a
evitar la presencia de resonancias bajo la acción de excitaciones externas.
·
La
introducción de amortiguamiento o de cualquier tipo de mecanismo disipador de
energía de cara a prevenir una respuesta del sistema excesiva (vibraciones de
gran amplitud), incluso en el caso de que se produzca una resonancia.
·
El
uso de elementos aislantes de vibraciones que reduzcan la transmisión de las
fuerzas de excitación o de las propias vibraciones entre las diferentes partes
que constituyen nuestro sistema.
·
La
incorporación de absorbedores dinámicos de vibraciones o masas auxiliares
neutralizadoras de vibraciones, llamados también amortiguadores dinámicos, con
el objetivo de reducir la respuesta del sistema.
Se conoce
como aislamiento de vibraciones a todo aquél procedimiento que permite reducir
los efectos indeseables asociados a toda vibración. Básicamente, ello suele
suponer la introducción de un elemento elástico (aislante) entre la masa
vibrante y la fuente de vibración, de forma que se consigue reducir la magnitud
de la respuesta dinámica del sistema, bajo unas determinadas condiciones de la
excitación en vibración.
Un sistema
de aislamiento de vibraciones puede ser activo o pasivo, dependiendo de si se
precisa una fuente externa de potencia o no para que lleve a cabo su función.
§ Un control pasivo está formado por un elemento elástico (que incorpora una rigidez) y un
elemento disipador de energía (que aporta un amortiguamiento). Ejemplos de
aislantes pasivos son: un muelle metálico, un corcho, un fieltro, un resorte
neumático, un elastómero.
§ Un control activo de vibración está formado por un servomecanismo que incluye un sensor,
un procesador de señal y un actuador. El control mantiene constante una
distancia entre la masa vibrante y un plano de referencia. Cuando la fuerza
aplicada al sistema varía esa distancia, el sensor lo detecta y genera una
señal proporcional a la magnitud de la excitación (o de la respuesta) del
sistema. Esta señal llega al procesador que envía una orden al actuador para
que desarrolle un movimiento o fuerza proporcional a dicha señal.
La
efectividad de un aislante de vibraciones se establece en términos de su
transmisibilidad. La TRANSMISIBILIDAD (Tr) puede definirse como el cociente
entre la amplitud de la fuerza transmitida y la de la fuerza de excitación. Los
problemas principales que el aislamiento de vibraciones plantea pueden
encuadrarse dentro de una de estas dos situaciones:
Ø Aislar un sistema que vibra de la base que
lo soporta para que ésta no sufra y/o no transmita la vibración a su entorno:
En este caso, las fuerzas que excitan al sistema dando lugar a la vibración
pueden tener su origen en desequilibrios, desalineamientos, … cuando se trata
de sistemas mecánicos con elementos alternativos o rotativos; o pueden tratarse
de fuerzas de carácter impulsivo, es el caso de sistemas de prensa,
estampación, explosiones.
Ø Aislar el sistema mecánico a estudio de la base que lo soporta y que está
vibrando: Este puede
ser el caso de la protección de un instrumento o equipo delicado del movimiento
de su contenedor o su base soporte. En la práctica, el problema por ejemplo
puede ser diseñar correctamente un embalaje para evitar la transmisión de
fuerzas de magnitud importante al instrumento delicado o equipo que se quiere
transportar.
Áreas
de aplicación
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